El sentido del Humor
“Más sentido del
humor, más salud” podría ser el lema para estos días (y para todo el año,
podríamos añadir). Todos conocemos su lado amable si se practica con asiduidad,
pero la ciencia en los últimos años está demostrando también lo beneficioso que
es para la salud.
Veamos a continuación algunas conclusiones: La Universidad de
Maryland confirmó que prevenía enfermedades cardíacas en la medida en que
facilita el flujo sanguíneo. También ayuda a reducir el estrés, si no recuerda si
alguna vez viste de adolescente una película de miedo con los amigos y cómo se
hacían bromas para rebajar la tensión.
El sentido del humor activa además la
misma zona cerebral que la cocaína, en opinión de la Universidad de Stanford,
de ahí que nos sintamos tan eufóricos después de haberlo pasado muy bien. Cuando
nos reímos, además, generamos oxitocina, la hormona de los lazos sociales, que
nos ayuda a reducir el miedo y refuerza la sensación de bienestar.
Y lo más
interesante, la capacidad de reírse -con los demás o con uno mismo- puede
desarrollarse hasta en situaciones muy difíciles. De hecho, entre los
supervivientes de los Andes, cuando supieron que se suspendían las labores de
rescate, Carlitos Páez fue uno de los que pasó a convertirse en un líder
informal del grupo gracias a su sentido del humor.
La capacidad de reírnos de las circunstancias nos permite tomar
distancia. Muchas situaciones que vivimos son inevitables, pero el sentido del
humor nos aporta una atalaya especial para revisarlas e reinterpretarlas. Dejamos
de sentirnos tan importantes o como epicentro de nuestros problemas y somos
capaces de transformar emociones ácidas en otras más livianas.
Además de ser un
gesto de elevada inteligencia, como resume Friedrich Nietzsche:
"La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar"
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