Alimentación Infantil

Niños sin apetito, picoteadores y “malos comedores” El apetito, o sea, el equilibrio entre el hambre y la saciedad, está perfectamente regulado por la naturaleza. Ha sido la clave para la supervivencia durante miles y miles de años. El cuerpo sabe cuándo necesita comer y cuánta cantidad. Observemos a un bebé recién nacido : busca el pecho, se coge, mama durante un rato y lo suelta. Duerme otro rato, vuelve a mamar. Y, si todo va bien y no hay interferencias, crece estupendamente. Solo si el bebé está enfermo o débil, pierde el apetito o, más bien, las fuerzas para comer. Y lo mismo nos ocurre en la etapa adulta : dejamos de comer cuando una gripe nos mete en cama o nos abate una depresión. ¡O si lo hacemos de forma voluntaria! Entonces ¿por qué hay tantas familias preocupadas porque el niño o la niña (sea bebé, párvulo o escolar) come poco? ¿Por qué se inventan tretas, trucos, suplementos dietéticos, vitaminas y fármacos para que coman más? Recordad: ...