CÍRCULOS DE MUJERES
Las mujeres siempre nos hemos reunido en Círculo, para tejer, conversar, bailar, tomar té y hablar de nuestras emociones, preocupaciones, necesidades en cuanto a la crianza de los hijos, la pareja, las cosechas,.. etc
Nos hemos reunido antes incluso de existir ninguna religión, pues necesitábamos esos espacios donde descansar, nutrirnos, informarnos de qué hacer desde la sabiduría y el amor que sostiene a todas las componentes del Círculo.
El Círculo es un lugar seguro, lo que en él se dice es tratado con respeto, y queda en el Círculo, no sale de él.
Un
círculo seguro acoge el sueño de la mujer confidencialmente y sustenta
la posibilidad de que se realice. En el círculo se tejen y se crean los sueños.
El centro invisible del círculo es un Fuego sagrado que arde en el centro de un hogar circular. En
la Grecia clásica a esta fuente de luz y de calor se la llamaba Hestia:
la divinidad femenina que reside en el centro de la tierra, diosa del
fuego que arde en el hogar, y del templo.
Un
círculo de mujeres tiene además, un centro visible que es el espacio
destinado al altar. Que puede estar decorado con la sencillez
propia del zen, o contener objetos simbólicos con significado personal.
Cada altar se
crea de nuevo en cada reunión, y es un un
ritual sagrado, ya que es un encuentro de mujeres implicadas en una manifestación
artística capaz de cambiarnos a nosotras mismas y al mundo.
Los Círculos de mujeres son lugares Sagrados donde se celebran Ceremonias, Rituales de iniciación, o Ritos de Paso (cambios de Niña a Mujer, de Hija a Madre), también se celebran
cumpleaños y festividades tradicionales, o la llegada de las estaciones y
los solsticios, para integrar esos cambios en nuestras vidas como Mujeres.
El Círculo:
- Empodera a las mujeres a hablar desde el corazón, no desde la mente racional, y hablamos desde nuestra propia experiencia. Esto permite la expresión plena de quiénes somos y lo que queremos comunicar, sin filtros.
- Nos permite sentirnos conectadas y parte de un grupo de personas. Es una energía muy tribal, necesaria para nuestro sentido de pertenencia.
- Nos ayudar a conectarnos con nuestra Voz interior y darle volumen, para así abrirnos a nuestra Intuición.
- Facilita una gran conexión con nuestro Útero, que es nuestro trono de poder, donde gestamos y sostenemos todas nuestras creaciones, desde nuestro impulso vital y sexual.
Nuestra
energía femenina, a través de nuestro Útero, es un contenedor que sostiene naturalmente a otras personas,
al igual que la Madre Tierra nos sostiene y nutre con amor. Somos más grandes y
fuertes cuando trabajamos juntas y nos apoyamos, porque estamos
viviendo con esa energía femenina que es tan familiar para el Alma, en
nuestro hogar que es el Círculo y en un espacio de disfrute.
Los círculos también nos ayudan a darnos cuenta que lo que una
persona puede estar sintiendo, es algo que probablemente yo también he
sentido y nos ayuda a crear una mayor conexión y sentido de empatía.
Nos
recuerdan que no estamos solas en este camino.
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